miércoles, 31 de diciembre de 2008

Feliz año 2009

Desde aquí, os deseo feliz año nuevo a todos. Que todos vuestros deseos de cumplan (en mi caso sería un golpe de suerte). Un abrazo.

P.D.: Ánimo, ya queda menos para que dejen de emitir películas de Tim Allen haciendo de Santa Claus...

viernes, 19 de diciembre de 2008

The Big Bang Theory

Mi último descubrimiento. Tengo que ver esta serie...

Ni tanto, ni tan poco...

La gente, en muchos momentos a lo largo de su vida, ha ido siendo víctima de una de las visiones más absurdas concebibles. Cualquiera que lea esto habrá podido ver alguna vez en uno de sus hombros a un personajillo (él mismo) vestido con una túnica de impoluta blancura, un par de alas a juego, chancletas de cuero y una aureola sobre la cabeza... A su vez, si no fuese poco, y tras comprobar que no se ha bebido en exceso, se habrá visto sorprendido con un leve pinchazo en el otro hombro. Efectivamente, mismo personaje, pero disfrazado con una ridícula malla de licra roja, aderezada con unos calzoncillos rojos brillantes por encima. El conjunto se afianza con un tridente (el culpable del pinchazo), un rabo terminado en punta (por detrás), perilla afilada, y un bonito par de cuernos enroscados negros como el carbón. Todo de 'Mango'.

Aparecen de forma instantánea, de la nada, sin demasiado artificio. Me pregunto qué contrato o sueldo tendrán, porque lo mismo te asaltan por el día que por la noche. Quizás están sindicados. Lo que sí es seguro es que son comerciales. La voz del angelito es suave, bondadosa, con eco y cánticos celestiales de fondo. La voz del ser venido de los infiernos es grave, como el crepitar de una barbacoa mortal, o como si escupiera sapos con cada sílaba, como queráis.

Personalmente, esto es una mierda. Te salen esos dos tipos que solo puedes ver tú y te empiezan a dar el coñazo. Que si haz esto, que si haz lo otro, piensa en ella, piensa en ti, la letra pequeña no es importante... Eso sin contar la opinión que puede tener la gente de un tipo que no para de mirarse los hombros como si tuviera caspa.

Qué queréis que os diga, ninguno me convence. Tengo el presentimiento de que acabaré sintiéndome mal si hago caso ciego a cualquiera de los dos. No por el del otro hombro, que habría perdido un cliente, sino por mí. Sentiría que no soy yo mismo...

Yo (me encanta la fuerza de la palabra "yo") he optado por lo siguiente: hacer caso omiso a los dos, ignorarlos, como el que escucha a un perro ladrar o a la vecina comprar zanahorias (que a veces suenan igual), ya se cansarán y dejarán de aparecer. En cambio, he decidido seguir lo que dicta la cabeza del dueño de mis hombros. Para compaginar el dictado, me miro el paquete, así cuando la gente pase, me vea y me siga la mirada, juego a ver a cuánta gente pillo mirándomelo también.

Un saludo.

"Abajo los palos del sombrajo"...

Musicalmente hablando, soy muy ochentero, y mis ojos han visto cosas que pocos son capaces de soportar: hombreras, camisas multicolor, despeinados imposibles, etc... pero maldigo el día en que vi el videoclip de "More than this". Un tema como este, tan intemporal, sensual, uno de los mejores del pop-rock... con esa estética. Ya lo se, es muy antiguo, pero no me lo esperaba así (con qué maestría combina chupa de cuero con pajarita aquí el amigo). Me lo esperaba más a lo Bryan Adams... Es como si vieses a tu padre cantando por primera vez en un karaoke. Queremos remake ya!!! (a poder ser, con Bill Murray, a lo "Lost in Translation").


Vuelta de Amsterdam

Es difícil resumir un viaje tan increíble de 6 días y 5 noches en un solo párrafo. De entrada, viví la experiencia de montar por primera vez en avión (me encantó), después en tren (que nos llevaba del aeropuerto de Schiphol a la Estación Central de Amsterdam), y también en tranvía (casualidad que descarrilamos en una ocasión). Tras minutos babeando delante de la Estación Central, nos adentramos en una ciudad bien distinta a lo que conocemos aquí. Ya no solo por su bellísima y coqueta estética (que podéis ver en las tantas fotos que no he podido evitar hacer) sino en las costumbres y en su forma de hacer de los amsterdameses. Recordemos que hay ciertas cosas que están legalizadas...

No hay nada que no llame la atención desde la turística Plaza Dam al tranquilo Jordaan. Personalmente, me quedo con el Red Light District o "Barrio Rojo" (transgresor, chocante y de una amabilidad plástica), la agradable diversidad racial de sus habitantes, y cómo no, el hecho de que la bicicleta tenga preferencia sobre toda cosa que se mueva por la calzada.

Es todo una mezcla de jazz, reggae y organillo. Es una ciudad que, efectivamente, como dicen muchas guías, invita a visitarla de nuevo. Yo ya estoy deseándolo.

Un saludo!.

P.D.: me gusta más Rembrandt que Van Gogh.

Hola a todos...

Pasaba por aquí, por Blogger, y decidí que no estaba del todo mal (vengo un poco cansado del Space de MSN). Pues nada, ya os iré contando cosillas...