domingo, 8 de noviembre de 2009

El horror hecho juguete

Durante mi infancia, mi juguete preferido ha sido siempre el que creaba en cada momento con piezas TENTE (la versión seria de LEGO, y menos técnica que MECCANO). Incluso a día de hoy, en ocasiones echo de menos esa gran bolsa (con el logo de Pryca) en la que guardaba cientos y cientos de piezas.

Yo era (y sigo siendo) fiel seguidor de series de animación japonesa cuyos protagonistas luchaban a lomos de robots o naves espaciales imposibles. Pues bien, era terminar el episodio, y ponerme a construirlos de la forma más fiel posible. Una vez terminados rememoraba los episodios que había visto anteriormente o me inventaba mis propias historias.

Y es que, al menos yo, era incapaz de jugar con muchas de las construcciones 'predefinidas' que vendían. Un petrolero, un camión de bomberos, un transatlántico... con cosas así, ¿a qué se juega?, ¿a "Vacaciones en el mar"?. La música era pegadiza, pero los guiones...

Aún así, preferiría jugar a ser el capitán Stubing, a jugar con lo siguiente:

Si me compraba un petrolero de TENTE, lo montaba, lo admiraba... y lo desmontaba. Si me llegan a regalar esto, el Titanic, no lo habría montado. Hubiera vertido el contenido de la caja directamente en mi bolsa con las demás piezas, y listo.

¿A qué padres se le puede ocurrir regalar esto a su, hasta entonces, inocente hijo?. A padres perturbados, por supuesto. Ya me imagino la conversación...

- Toma hijo, el majestuoso y lujoso Titanic, de TENTE.

- Oh, gracias. Después de montarlo, jugaré a que cruzo con él los 7 mares, a que hago carísimos cruceros por el Mediterráneo, donde todos los pasajeros son chicas, con pase 'single'...

- Hijo, ¡no!. Este barco acabó hundido gracias a un iceberg. Incluso sale el iceberg en la caja, ¿lo ves?. El siniestro se saldó con la muerte de 1.517 pasajeros de los más de 2.200 que viajaban a bordo.

Si es que no puede ser. Por mucho que ponga en la caja "Vive tu aventura", sigues teniendo al Titanic entre tus manos. Puedes alargar el viaje, hacer que pille una tormenta, que se queden sin alcohol a bordo... pero el final no lo cambia nadie. El horror.

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